sábado, 26 de agosto de 2023

Ejercicio 26/08

Escribir correctamente DOS VECES el texto.


RAZONES POR LAS QUE DEBERÍAS APRENDER MECANOGRAFÍA


En la escuela nos enseñaron muchas cosas. Por ejemplo, es posible que le hayan enseñado la construcción de la bacteria Paramecium. Esto no parece ser un conocimiento vital para todo el mundo... en realidad es inútil para casi todo el mundo. Puede que incluso hayas aprendido a crear un programa de ordenador, pero si no vas a ser o no eres programador, no te servirá de mucho. Es posible que ni siquiera sea un programador, pero lo más probable es que use o use una computadora en el trabajo. En la era actual de los teléfonos inteligentes y otros dispositivos móviles, usar un teclado puede parecer un poco arcaico. ¿Pero es?

¿TE DAS CUENTA DE LO IMPORTANTE QUE ES LA MECANOGRAFÍA?

En el mundo actual, muchas profesiones implican un uso extensivo de una computadora. Si eres abogado, trabajas en un call center, o eres programador o escritor, usas una computadora. Ya sea una computadora portátil o de escritorio, tiene un teclado, el mejor dispositivo para insertar texto inventado hasta ahora. Si pasa una cantidad significativa de tiempo frente a su computadora, debería poder escribir sin mirar su teclado. ¿Pero por qué? Se necesita bastante tiempo para aprender a tocar el tipo. Requiere esfuerzo y al principio incluso escribes más lento que si no usaras ninguna técnica de mecanografía. Intentaremos explicar por qué es importante aprender mecanografía.

BENEFICIOS DE LA MECANOGRAFÍA

A medida que mejores tus habilidades de mecanografía, disfrutarás de los beneficios que te brinda.

AHORRAS TU TIEMPO

Si solo pasa 3 horas por día escribiendo y duplica su velocidad de escritura, puede ahorrar, digamos 1 hora diaria, esto es 250 horas de trabajo por año; esto le da 31 días completos al año.

ENFOQUE

En lugar de mirar constantemente las teclas antes de presionar una de ellas, se concentra en el texto que escribe. Sus músculos están programados para escribir correctamente, por lo que no necesita pensar en la mecánica de escribir.

RELAX Y TU SALUD

Si no usa todos los dedos para escribir o, peor aún, usa solo los dedos índices para presionar las teclas, es una gran pérdida de tiempo. Mover la vista del teclado al monitor y viceversa consume mucho más tiempo que simplemente presionar una tecla. Si mira el teclado mientras escribe, primero debe concentrarse en su mano, en su teclado y luego en el monitor y verificar lo que acaba de escribir. Tal práctica requiere una cantidad significativa de energía que se desperdicia.

Mecanografía no tiene este problema porque no necesitas concentrarte en cómo escribes. Tus ojos están enfocados en tu monitor todo el tiempo, por lo que tu cabeza no se mueve. Tus manos no están tensas y tus dedos se mueven de forma natural.

MEJOR POSTURA

Mecanografía obliga a una correcta posición de la columna. No te agaches mirando el teclado. Su vista se dirige al monitor, hacia adelante, por lo que el cuello no está doblado hacia abajo. Para mantener tus manos mejor alineadas, debes estar inclinado desde el teclado, así todo el cuerpo se esfuerza por estar dispuesto de la manera más óptima para escribir rápido.

PRECISIÓN

Mecanografía mejora la precisión de escritura. Parecería que si no piensas en cómo escribes, puedes cometer errores tipográficos, pero tus músculos están programados para escribir correctamente. Por eso es tan importante centrarse en la precisión durante el aprendizaje temprano, en lugar de la velocidad de escritura. Trate de escribir con el 100% de precisión. Corrija sus errores tipográficos, luego con el tiempo, realmente escribirá mucho más rápido.

MAYOR PRODUCTIVIDAD

Mecanografía conduce a una reducción en la cantidad de tiempo dedicado a una determinada tarea que requiere escribir con el teclado. Puedes hacer más trabajo porque tienes más tiempo.

CORRECCIÓN DE ERRORES TIPOGRÁFICOS MÁS RÁPIDA

Mecanografía te permite corregir rápidamente errores en tu digitación. Los errores tipográficos que se cometieron al mirar el teclado, no el texto escrito en el monitor, son más difíciles de ver. Sucede que las personas que están escribiendo y mirando el teclado ingresan algún texto, luego notan en la pantalla que no se ha ingresado nada. Mecanografía hace que tu atención se centre en lo que ya se ha escrito, para que puedas ver de inmediato dónde se cometió el error de escritura.

LIBERA EL POTENCIAL DE TU CEREBRO

Mecanografía permite concentrarse en el contenido de mecanografía, no en el proceso de mecanografía en sí. Es similar a andar en bicicleta o conducir un automóvil. No te enfocas en todos los aspectos de la conducción: no miras el cambio de marchas cuando quieres cambiar de marcha, o calculas cuántos grados girar el volante cuando quieres girar: todo sucede automáticamente. Es lo mismo con la mecanografía: escribes y no te preguntas dónde está una determinada tecla del teclado. Tus músculos lo saben. Esta es la llamada memoria muscular, que memoriza los movimientos correctos de las manos y los dedos.

PROFESIONALISMO

Mecanografía es algo de lo que puedes presumir ante tu futuro empleado en tu CV. Escribir sin mirar el teclado es una habilidad respetada por los demás. Incluso los buenos profesionales que escriben despacio pueden apreciar la destreza de la mecanografía. Desafortunadamente, esta es una habilidad que se desvanece un poco. Hoy en día, muchas personas usan dos pulgares cuando escriben en los teclados de sus teléfonos inteligentes, y cuando llegan al teclado usan dos dedos índices, lo que parece muy poco profesional.

TRÁTATE A TI MISMO CON SERIEDAD

Si se considera un profesional en algún campo, pero se sienta encorvado y toca el teclado con dos dedos, su profesionalismo puede ser cuestionable. Si ha pasado tanto tiempo estudiando un área particular de interés y no se ha molestado en aprender mecanografía, ¡algo anda mal aquí! Puede que no lo pienses, pero subconscientemente, la autoestima se reduce a medida que sientes que tu escritura ralentiza tu trabajo o tu proceso de aprendizaje. La escritura más rápida y correcta aumenta la autoestima, y esto no debe subestimarse.

CONCLUSIÓN

La mecanografía es mucho más eficiente que teclear y mirar el teclado. No puedes tener ninguna duda al respecto. El único obstáculo que se encuentra en mecanografía es el costo del tiempo y esfuerzo que uno tiene que tomar para aprender a tocar mecanografiar. Lo cierto es que cuanto antes empieces con la mecanografía, más beneficios te reportará a lo largo de tus estudios, carrera profesional y toda tu vida. 

sábado, 19 de agosto de 2023

Historia de la máquina de escribir

 

Historia de la máquina de escribir

La historia de la máquina de escribir nos demuestra, cómo un solo ingenio puede revolucionar la divulgación y el conocimiento del ser humano, pero, quizás no conoces quién inventó la máquina de escribir.

Quién inventó la máquina de escribir

Al igual que sucede con otros inventos, saber quién inventó la máquina de escribir resulta un tanto complejo. Los historiadores no acaban de ponerse de acuerdo en este punto, ya que fueron varios los intentos e inventores necesarios para que pudiera ver la luz la primera máquina de escribir de la historia.

Una vez dicho esto, la persona con el que coinciden más expertos como el inventor de la máquina de escribir es Pellegrino Turri en el año 1.808. Un mecánico italiano que es considerado uno de los personajes primeros en desarrollar este ingenio.

Pellegrino Turri pretendía diseñar y construir un dispositivo con el que las personas ciegas pudieran escribir con facilidad. Algo en lo que también coincidió con otros inventores de la misma época. A él también se le otorga la invención del papel de calco.

No obstante, se conoce que existieron previamente más de 60 intentos o prototipos de máquinas de escribir. Un ejemplo lo tenemos en el modelo creado por el inglés Henry Mill (1683-1771) en el 1.714, del que solo se conserva parte de la patente de la máquina de escribir y un escrito de la reina Ana de Inglaterra que dice:

“El señor Mills nos ha comunicado el invento de una máquina para imprimir letras, unas junto a otras o por separado, mediante dicho invento se puede plasmar en papel un escrito de forma tan pulcra que no se puede diferenciar de la imprenta”.

Del mismo modo, después del invento de Turri, en el año 1.829 surgió el tipógrafo, un invento del norteamericano William Austin Burt (1792-1858). Este ingenio, aunque fuera posterior, es considerado por muchos expertos la primera máquina de escribir moderna.

Cuándo se inventó la máquina de escribir

Obviamente, sucede lo mismo que en el punto anterior si quieres conocer en qué año se inventó la máquina de escribir. Si se toma como referencia el invento de Turri como el primero suficientemente documentado, la invención de la máquina de escribir fue en el año 1.808.

 

Lo mismo sucede con el invento de Henry Mill, pero verdaderamente existe muy poca documentación y referencias al respecto. Aunque, como no, forma parte de la historia de la máquina de escribir y se inventó y patentó en el año 1.714. Del mismo modo, el denominado tipógrafo del americano William Austin Burt fue inventado en el año 1.829. Desgraciadamente, al no haber en aquella época nadie interesado en esta patente, nunca llegó a comercializarse.

Origen de la máquina de escribir

El origen de la máquina de escribir lo encontramos en el año 1.714, cuando el británico Henry Mill presenta una patente inglesa que indica: «un método artificial de transcripción de letras o impresión, de manera progresiva o separada. De tal modo un escrito puede reproducirse sobre un pergamino o un papel». Por desgracia, no queda rastro alguno de este artilugio excepto la patente de Henry Mill.

Pocos años después, varios inventores proponen procedimientos primitivos de escritura mecánica, tales como Friederich von Knaus (1753- 1760), Graf von Neipperg (1762), Pingeron (1780), Louis Jacquet (hacia 1780) y L’Hermina (1784). Sin embargo, los sistemas que desarrollan aún siguen ligados a la escritura manuscrita. Por ejemplo, Von Neipperg presenta un sistema de guía de la mano que permite mantener una buena alineación de la caligrafía.

De hecho, las primeras máquinas de escribir dignas de ese nombre datan de principios del siglo XIX, y son la obra de los italianos Pellegrino Turri (1808) y Pietro Conti (1823), aunque tampoco queda de ella prácticamente ningún vestigio. Varias máquinas, como las de Pingeron, de Jacquet y de Turri, están concebidas para ciegos: la máquina de escribir tiene, en su origen, una función filantrópica.

La invención de la máquina de escribir, marca una fecha importante en la historia de las comunicaciones y de las relaciones sociales. En especial, tiene por consecuencia dar a la mujer de los siglos XIX y XX un empleo en sociedad aceptado, y de permitirle acceder al mundo de los negocios.

La búsqueda de procedimientos mecánicos de escritura, corresponde al estado de sociedades que requieren acelerar las comunicaciones frenadas por la actividad manuscrita de los copistas y dar un carácter a la vez más oficial y más impersonal a las directivas comerciales y políticas. Es el sello de sociedades en vías de burocratización. Por lo tanto, no es sorprendente que los primeros intentos daten del siglo XIX, en el que emergen los estados burocráticos de tipo moderno.

Evolución de la máquina de escribir

De hecho, la máquina de escribir no fue necesidad sentida; ni lo largo del siglo XVIII ni siquiera a principios del XIX se pensaba en ella como sustituto de la pluma. La pericia de los amanuenses, capaces de escribir con hermosa letra y rapidez casi taquigráfica la hacía innecesaria.

 

Napoleón admiraba la habilidad de sus secretarios, alababa a sus escribanos Bourrienne y Meneval, de quienes decía: “Son máquinas de escribir”; a menudo los retaba a escribir tan rápido como él dictaba, y nunca consiguió ganarles. Parece, que la primera persona en utilizar una máquina de escribir fue la condesa italiana Carolina Fantoni en 1.808. La condesa era ciega y el inventor Pellegrino Turri construyó para ella un artefacto con el que podía escribir sin tener que confiar sus secretos a nadie, ya que sus cartas de amor eran de tono subido.

Poco después el barón Karl von Drais (1785-1851), que había también inventado un tipo de bicicleta que lleva su nombre, inventó lo que él llamó el piano de escritura rápida: cuatro palancas que escribían dieciséis letras, suprimiendo las que él creía redundantes, unificando sonidos.

Otra máquina de escribir fue patentada por el norteamericano William Austin Burt en 1.829 con el nombre de tipógrafo: un artilugio inútil ya que había que pasar el papel a mano porque carecía de dispositivo para correr el papel tras escribir la letra.

 

Poco después, en el año 1.833, el francés de Marsella Xavier Progin creó un artilugio que llamó machine criptographique pluma critográfica del que decía: “Escribe tan rápido como una persona con su pluma”. Estaba dotada de 66 palancas articuladas dispuestas de manera circular, que percuten sobre una hoja de papel.

El italiano Giuseppe Ravizza perfecciona este dispositivo en su máquina de 1.837, el Cembelo scrivatto, que comienza a difundir hacia 1.855 La máquina de Ravizza es rápida, práctica, y utiliza por primera vez una cinta entintado.

De 1.838 a 1.870, numerosas innovaciones se suceden, tales como la alimentación de hojas mediante un rodillo o el sistema de escape para permitir el espaciamiento entre las letras. Todo aquello no era sino una colección de trastos de ninguna utilidad práctica. Fueron los estadounidenses Cristóbal N. Sholes y su ayudante Carlos Glidden de Wisconsin, los que idearon un modelo de máquina de escribir aceptable.

El artilugio se le ocurrió a Glidden por casualidad; al principio buscaban un modo mecánico de numerar las páginas de libros, una paginadora, y cuando lo lograron Glidden pensó que por qué no escribir también letras. Así nació el primer modelo.

La máquina de Sholes era un armatoste de madera al que llamaron el piano literario. Solo tenía letras mayúsculas, y para cambiar a minúsculas fue necesario añadir más tarde una tecla de conmutación; también se pensó —y llegó a realizarse— en una solución bizarra: una máquina para mayúsculas y otra para minúsculas.

Cuando el artefacto fue presentado a la Exposición del primer centenario de la Independencia de Estados Unidos en 1876, no llamó la atención; pasó inadvertida porque tuvo la desgracia de tener al lado otro invento notable: el teléfono de Graham Bell.

Pero volvamos a nuestra historia. La patente fue vendida por Sholes y Glidden por 12.000 dólares a dos hombres de negocios: James Densmore y George W. Newton Yost, que contactaron con la Remington Fire Arms Company, fabricantes de armas de fuego que también comercializaban las máquinas de coser.

En 1.873, la compañía se comprometió a fabricar máquinas de escribir para alquilar. Fabricó unos cuantos centenares de unidades y comenzó su pingüe negocio. La Remington creó más de 300 modelos, hasta dar con uno cuyo teclado era parecido al actual; lo único que ha variado entre aquellos modelos y los de hoy es la disposición de las letras.

Para evitar atascos de dedos en el teclado se había diseminado de forma ilógica el alfabeto, de modo que las letras que suelen ir juntas en la escritura estaban distanciadas en el teclado. Aunque Sholes se desentendió de su invento se sentía tan contento que escribió en una de sus últimas cartas: “Es sin duda una bendición para la Humanidad, y en especial, para las mujeres. Me alegro de haber tenido parte en ello. Hice algo mejor de lo que pensaba, y el mundo se beneficia”.

Tenía motivos para enorgullecerse: la máquina de escribir había dado lugar a un oficio nuevo, acaparado enseguida por las mujeres: la dactilografía.

Se veía como ocupación distinguida y digna, elegante e incluso chic para las mujeres de la clase media que podían acceder así al mundo laboral e independizarse, en un momento de la Historia en el que la liberación de la mujer, el sufragio femenino y el feminismo en general levantaban oleadas de entusiasmo en Europa.

 

Una innovación importante tuvo lugar en 1.889. La máquina de escribir portátil, llamada por su inventor norteamericano la Blick. Abreviatura de George Blickensderfer, que la transportaba dentro de una maleta.

Historia de la máquina de escribir eléctrica

La máquina de escribir eléctrica, fue la que revolucionaría aquel mundo en 1.871Thomas Alva Edison, con su Edison Electric, intentó aprovechar la electricidad en una máquina de escribir que resolviera el problema de la dureza del teclado, pero no tuvo éxito.

Tampoco lo tuvo el danés Malling Hansen por aquellas fechas, aunque su máquina de escribir eléctrica fue la primera en ser comercializada. El intento de Edison era meritorio, dejaba atrás a la máquina de escribir de madera creada por el tirolés Peter Mitterhofer, pero era igualmente impracticable. Por cierto, debes saber que la disposición de las teclas no siempre ha sido como la actual. El que utilizamos ahora se llama teclado QWERTY.

La primera máquina de escribir eléctrica útil, data de 1.901: la creó el médico norteamericano Thomas Cahill, pero la sociedad formada para su fabricación y venta quebró tras haber fabricado cuarenta unidades, cada una de las cuales se vendió a precios astronómicos: 3.925 dólares.

Un año después la firma norteamericana George Blickensderfer, creó su máquina eléctrica, aunque sin constituir una solución definitiva. En 1.933 retomó y mejoró la idea R.G. Thomson, creador de la Electromatic, comercializada por IBM, que en 1.965 lanzaría la primera máquina de escribir electrónica con memoria y banda magnéticala 72BM, hoy pieza de museo.

 

A estas innovaciones siguieron la implantación en 1.978 de la margarita por Olivetti y Casio, máquinas dotadas de memoria. Y en 1.984 la japonesa Matsushita irrumpió en el mercado con una novedad revolucionaria: La máquina que sustituía el teclado por una hoja táctil: se escribe a mano sobre una pantalla. Pero de pocas cosas creadas por la ciencia y la inventiva puede decirse frase tan amarga como ésta: «No tiene futuro».

La máquina de escribir ha hundido ya su proa en el pasado; es Historia. Su fin llegó de repente, fue fulminante. Cuando parecía que ya no era posible llegar más lejos, en ese momento justo llegó su condena a muerte: el ordenador o computadora. Nuestro cotidiano PC, abreviatura del sintagma inglés personal computer, era su verdugo. Hay quien se aferra a las viejas máquinas en actitud romántica de fidelidad extrema; pero es ya solo un culto al pasado.

La fabricación en serie

Sin embargo, la primera gran realización práctica, que incorpora lo esencial de las innovaciones precedentes, es la obra colectiva de Christopher Latham Sholes, Carlos Clidden y Samuel Soulé, entre 1.867 y 1.868.

Su modelo es perfeccionado de 1.868 a 1.872, después de una serie de pruebas organizadas por el hombre de negocios James Densmore, quien, luego, contacta con el fabricante de armas estadounidense Remington. Éste acepta fabricar el modelo en serie en 1873. La Shoks & Ghdden, es la primera máquina de escribir en ser comercializada a gran escala, bajo el nombre de Remington Model I, y abre el camino al auge de la dactilografía moderna.

Durante un siglo, la máquina de escribir conoce varias transformaciones que mejoran tanto la calidad del trabajo (con la máquina eléctrica que uniforma el golpe), como su manualidad (con la máquina transportable) y, finalmente, su modo de utilización (con la máquina IBM con margarita, en 1.961, que permite cambiar de caracteres). Sin embargo, su reinado llega a su fin con la revolución informática y los procesadores de texto.

Grandes modelos de máquinas de escribir de la historia

Máquinas de escribir con percutores

  • Ravizza – 1.855
  • Sholes – 1.867
  • Sholes & Glidden – 1.873
  • Remington 2 – 1.877
  • Yost – 1.887 (escritura ciega)
  • Franklin – 1.887
  • Daugherty – 1.890 (semífrontal)
  • Fitch – 1.891 (tecleo por encima)
  • North – 1.892 (semivisible)
  • Underwood – 1.896
  • Remington 7 – 1.897
  • Ideal – 1.900 (visible)
  • Continental – 1.904
  • Royal – 1.907
  • Imperial – 1.908
  • Remington 10 – 1.908
  • Smith Premier 10 – 1.908 (frontal)
  • Olivetti M 1 – 1.911 (visible)
  • Perkeo – 1.912
  • Remington transportable – 1.919
  • Olivetti M 20 – 1.920
  • Invieta – 1.921
  • Olivetti M 40 – 1.931

Máquinas de escribir eléctricas

  • Edison – 1.872
  • IBM Selectric  – 1961
  • Remington Electri-conomy – 1950

Máquinas de escribir de tecleo radial

  • Writlngball – 1.870 (de matriz)
  • Empire – 1.892
  • Lambert – 1.896
  • Adler – 1.899 (de barra radial)
  • Kanzler – 1.903
  • Noiseless – 1.914

Máquinas de escribir de elementos intercambiables

  • Máquina de escribir de cilindro Crandall – 1.879
  • Máquina de escribir de canilla Hammond – 1.881
  • Máquina de escribir de rueda Columbia – 1.883
  • Máquina de escribir de rueda Chicago – 1890
  • Máquina de escribir de barrilete Dactyle – 1.893
  • Máquina de escribir de barrilete Helios – 1.908
  • Máquina de escribir de margarita IBM – 1.961

Otros inventos relacionados con la informática y la comunicación

Origen del ordenador Origen del vídeo Origen del P2P Origen del iPod Origen del cable de fibra óptica

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Fuentes y bibliografía

sábado, 5 de agosto de 2023

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EN ASUNTO: MECANOGRAFIA Y SU NOMBRE Y APELLIDO

Lo bello se encuentra estrechamente ligado al mundo del arte, donde es más fácil apreciar estéticamente lo bonito a través de colores, sonidos y palabras.

En este sentido, la poesía destaca por su capacidad de transmitir sensaciones y emociones a través de un lenguaje que permite embellecer la experiencia del mundo y mostrarnos con distintos matices los sentimientos más sombríos.

A continuación, seleccionamos 22 poemas que invitan al lector a reflexionar sobre la vida, la muerte, el amor, el desamor, las relaciones sociales y nuestra identidad.

1. "Coplas por la muerte de su padre" – Jorge Manrique

Tras la muerte de su padre, Jorge Manrique (1440 – 1479), escribió sus famosas Coplas con las que se convirtió en un autor imprescindible en lengua española.

En esta elegía el poeta se lamenta por lo perdido, pero también realiza un canto a la vida, recurriendo al tópico Carpe Diem, que hace alusión a aprovechar el tiempo, tal como podemos ver en la "Copla número 1":

Recuerde el alma dormida
Avive el seso y despierte
Contemplando
Cómo se pasa la vida,
Cómo se viene la muerte,
Tan callando,
Cuán presto se va el placer,
Cómo, después de acordado
Da dolor,
Cómo, a nuestro parecer,
Cualquier tiempo pasado
Fue mejor.

2. "Soneto XXIII" - Garcilaso de la Vega

Garcilaso de la Vega (1501 - 1536) es uno de los más grandes representantes de la lírica del Siglo de Oro Español, época en que la poesía se renovó a través del ritmo y la estructura.

En estos versos se describe la belleza de una dama, para que así el lector recuerde la fugacidad de la vida. Tal como en el poema anterior, se hace alusión al motivo Carpe Diem, haciendo un llamado a disfrutar de los placeres de la juventud antes de que sea muy tarde.

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende el corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.

3. "A una rosa" - Luis de Góngora

Luis de Góngora (1561 - 1627) es otro de los grandes exponentes de la poesía del Siglo de Oro español, y tal como sus predecesores, realiza un análisis sobre la fugacidad de la vida humana y lo inminente de la muerte.

En este soneto se dirige a una rosa, una delicada creación cuya belleza cautiva, pero es tan efímera que debe aprovecharse mientras dura.

Ayer naciste, y morirás mañana.
Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¿Para vivir tan poco estás lúcida,
y para no ser nada estás lozana?

Si te engañó tu hermosura vana,
bien presto la verás desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano,
ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.

No salgas, que te aguarda algún tirano;
dilata tu nacer para tu vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.

4. "Soneto de repente" - Lope de Vega

Lope de Vega (1562 - 1635) fue el gran renovador del teatro español y también se destacó en la poesía, ya que se alejó de la rigidez de sus contemporáneos y decidió explorar juegos de ingenio en algunas de sus obras.

En este poema analiza con mucho humor la estricta construcción de un soneto, composición de moda en el periodo y nos detalla de forma irónica el proceso, en el que deben existir catorce versos divididos en dos cuartetos y dos tercetos.

Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto,
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

Ya estoy en el segundo, y aún sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.

5."Hombres necios que acusáis" - Sor Juana Inés de la Cruz

Sor Juana Inés de la Cruz (1648 - 1695) fue de las pocas mujeres que destacaron en este periodo, en especial si se considera que escribió en México en el siglo XVI. Como religiosa, tuvo acceso a una importante biblioteca y a una educación autodidacta. En estos famosos versos sigue la tradición de la poesía cortés, pero le da un giro al confrontar a los hombres, aludiendo a la inconsecuencia masculina, que en las mujeres acusan lo que causan.

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana;
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejáos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

6. "Volverán las oscuras golondrinas" - Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer (1836 - 1870) es el principal exponente de la poesía posromántica española y en sus famosas Rimas exploró el amor desde diferentes aristas. Este poema es uno de los más recordados del autor, en el que refleja el dolor y la fatalidad ante la pérdida del ser amado.

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres…
¡esas… no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día…
¡esas… no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…; desengáñate,
¡así… no te querrán!